sábado, 16 de abril de 2011

Era feliz, no tenía ningún problema hasta que llegó el ruido

«El sueño se te rompe, por la noche no puedes dormir y estás que te subes por las paredes, así que por el día lo que te queda es un cansancio terrible, el sueño te puede, te hace dar cabezazos entre horas. La sensación es de que no controlas tu vida».

Quien así habla es un vecino de Albacete, de algo más de 30 años, que lleva cinco luchando para lograr que le permitan descansar por la noche. Prefiere no dar su identidad porque el asunto ha terminado en los tribunales y está a la espera de sentencia.

Cuenta que al principio «uno lo lleva como puede», pero poco a poco, el ruido te invade todo, hasta tu vida personal; incluso aplazó la decisión de ser padre a la espera de que en su vivienda, situada en una céntrica calle de Albacete, se pudiera descansar.

Viendo que la situación no se resolvía, este hombre, igual que su pareja, tuvo que ponerse en manos de psiquiatras para tratar de sobrellevar el ruido. De eso hace ya unos tres años. «Yo era el hombre más feliz, no tenía ni el más mínimo problema, con pareja, trabajo estable», relata, sin poder explicarse cómo ha llegado a esta situación, «ha habido noches en las que hemos tenido que salir del piso e irnos a dormir a hoteles».

Su calvario se inició cuando un local de ocio abrió debajo de su casa. Llevaba establecido un año y medio en esa vivienda sin ningún tipo de problema. Cuando el local abrió sus puertas, el ruido empezó a molestarle y él empezó a llamar a la Policía Local, «deben tener un centenar de llamadas mías».

Algunas noches, asegura, llegaron a medirse 38 decibelios musicales en su domicilio, cuando el límite legal está en 30. Tras dos años de quejas sin lograr que prosperasen, terminó recurriendo a los tribunales. Ahora, está a la espera de una decisión judicial, confiando en los tribunales.

El caso de este vecino anónimo quizás sea de los más sangrantes, aunque según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 19 de cada 100 hogares albaceteños, sus habitantes tienen problemas con el ruido, una plaga que 'silenciosamente' se extiende.

Diario la Verdad

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