lunes, 2 de diciembre de 2013
Castedo rechaza limitar los pubs en el centro por el ruido
La guerra del ruido llegó ayer al pleno del Ayuntamiento de Alicante, en el que vecinos y hosteleros expusieron sus posturas contrapuestas sobre la iniciativa de Esquerra Unida para declarar Zona Acústica Saturada (ZAS) el centro tradicional y el entorno del Mercado; una medida que podría conllevar una reducción de horarios de los locales de ocio y la suspensión de licencias para nuevos locales y terrazas. El equipo de gobierno local del PP tenía en su mano la decisión y optó, con el apoyo de UPyD, por rechazar la propuesta de EU, que sí respaldó el PSOE pese a las opiniones encontradas de sus concejales.
La portavoz municipal del PP y edil de Urbanismo, Marta García Romeu, justificó la postura de su grupo aludiendo a la existencia de normativa municipal que «ya recoge restricciones en el centro, donde no se pueden abrir establecimientos a menos de 50 metros de distancia y es imposible abrir más». Del mismo modo, aseguró que la normativa urbanística también contempla «prohibiciones» para salas con música en el entorno del Mercado. Según García Romeu, aumentar las restricciones resultaría «desproporcionado». Sí admitió la necesidad de actualizar la ordenanza municipal de ruido, pero insistió en que «el descanso de los vecinos está garantizado» y en que se han adoptado medidas para ello. Además de las «inspecciones, denuncias y mediciones» realizadas, la edil aseveró que se están acometiendo estudios sobre el impacto del ruido en algunas calles y añadió que «si hay que adoptar más medidas, se hará».
Con su postura, el equipo de gobierno local dio un respiro a los representantes de los locales de ocio, que afirmaron estar «muy preocupados» ante la posibilidad de que el epicentro del fenómeno del «tardeo» pudiese declararse zona saturada de ruido. Las asociaciones de locales de ocio y hostelería presentaron ayer ante el Ayuntamiento más de 8.500 en contra la declaración de ZAS.
Un representante de la Asociación de Locales de Ocio, Nicolás Ayela, intervino en el pleno para defender que el «tardeo» atrae cada fin de semana a unas 3.000 personas de otras zonas de la provincia y que tiene un impacto económico en la ciudad de 8 millones de euros al año. La declaración de zona saturada conllevaría, según esgrimió, la pérdida de 1.200 empleos directos y defendió que «es una oportunidad histórica para convertir a Alicante en un referente de la hostelería a nivel nacional e internacional». Coincidió con los vecinos en que «hay que ser rigurosos con el cumplimiento de la ordenanza» y aludió a algunas medidas adoptadas por locales, como la instalación de dobles puertas, para mitigar las molestias.
Los vecinos también quisieron intervenir en el pleno para relatar como el ruido «afecta a nuestra salud», tal y como lo expresó la presidenta de la asociación de vecinos del Centro Tradicional, Alcázar Moreno. «Han convertido nuestras calles en una macrofiesta», aseveró la dirigente vecinal, quien trató de argumentar «el perjuicio para el tejido empresarial» del creciente fenómeno del «tardeo». «En otras ciudades, como Elche o Valencia, el empleo joven ha aumentado desde 2011, mientras que en Alicante ha descendido ligeramente», esgrimió antes de recordar a Castedo su compromiso anterior de «estudiar la declaración de ZAS en algunas calles».
Los vecinos encontraron el respaldo de EU, cuyo portavoz, Miguel Ángel Pavón, recriminó «el afán por recaudar del PP» con la apertura de nuevos negocios y veladores. Pavón exigió al equipo de gobierno local más celo en el cumplimiento de la normativa acústica. Así lo hizo también el edil socialista Gabriel Moreno, quien defendió la declaración de ZAS pese a las diferencias de opinión dentro de su grupo. Por contra, el portavoz de UPyD, Fernando Llopis, coincidió con el PP en que la medida resulta «excesiva».
Diarioinformacion
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